El streaming lidera los ingresos por venta de música con una cuota cercana al 88 %, una cifra que se explica, en gran medida, por la comodidad de la experiencia de usuario (posible gracias a la tecnología). Sin embargo, ¿sabemos cómo es realmente el reparto beneficio en música en streaming? ¿Se asemeja en algo al reparto de los derechos? ¿Es realmente rentable este modelo de negocio para los artistas? En este artículo vamos a ahondar sobre esta cuestión que tanto afecta al bolsillo de músicos y artistas.
¿Quién se queda el dinero del streaming en la música?
No cabe duda de que el mercado de la venta de música ha cambiado para siempre. De los vinilos a las cintas, de las cintas a los discos compactos, y de ahí a las reproducciones en plataformas de streaming.
Desde el punto de vista del usuario, son unos servicios realmente atractivos: aprovechando sus ordenadores y dispositivos móviles con conexión a Internet, el consumidor accede a un catálogo de música de forma completamente legal sin tener que preocuparse de almacenar toda la música que consume, y sin “arruinarse” comprando todos los discos que le gustaría tener.
La contrapartida la representan los propios artistas que, aun con cierta división de opiniones, no dejan de señalar que apenas ganan unos escasos céntimos por cada canción que se reproduce en plataformas como Spotify.
Sin embargo, no debemos obviar las figuras que intervienen en el proceso de la distribución de la música. Hablamos, por un lado, de los sellos discográficos y, por otra parte, de la SGAE (Sociedad General de Autores de España).
¿Por qué? Porque todos ellos son intermediarios entre los artistas y las plataformas de streaming y, como tales, se llevan una parte de dichas reproducciones. Y, a priori, puede tener bastante sentido que sea así, ya que concurren dos situaciones:
- Las discográficas han realizado cierta inversión por sus artistas, y es normal que la recuperen como fruto de la venta de música.
- La SGAE gestiona los derechos de la música, por lo que tiene sentido que cobren cierta cantidad por cada reproducción.
El problema surge precisamente en la proporción que se quedan unos y otros, que es lo que hace que luego al artista le lleguen cantidades ínfimas por su música. Un extenso análisis del New York Times en 2018 reveló que los artistas que tenían contratos con grandes discográficas apenas cobraban 18 céntimos de dólar por cada reproducción, mientras que los afiliados a sellos independientes llegaban hasta los 44 céntimos. Los artistas que se autoeditan su música alcanzaban la cifra de 64 céntimos por reproducción.
¿Cómo se reparten los royalties? ¿Cuánto se cobra de royalties?
De hecho, es precisamente esta repartición de ingresos la que genera tanta controversia, y la que puede hacer dudar a un artista si realmente le merece la pena o no tratar de ganar dinero subiendo su música a plataformas como Spotify, Apple Music o Amazon Music.
Las estadísticas dicen que, aproximadamente, de todo el dinero que se genera por las reproducciones por streaming, la plataforma se queda un 30 % y reparte el 70 % restante entre los distintos intervinientes de la siguiente forma:
- Sello discográfico: 46,4 %.
- Artista: 11,6 %.
- Compositor: 8,4 %.
- Editor: 3,6 %.
La gran proporción que se queda la discográfica está calculada a razón de los acuerdos de las grandes compañías (Sony, Warner, Universal), cuyo peso en la industria es considerable. El 12 % que se quedan editor y compositor hace que los artistas vean una cantidad ínfima del dinero que genera su música.
Asumiendo un coste de suscripción mensual de unos 10 euros por usuario:
- El portal de streaming se queda con 3 euros.
- El estado recauda 2,1 euros en concepto de IVA.
- Los casi 5 euros restantes se reparten entre las figuras mencionadas.
Los números nos dicen que un artista, finalmente, puede apenas ganar unos 11 céntimos de euro por cada reproducción. Y no obviemos la elevada cuota que se llevan los grandes sellos discográficos, culpable en gran medida de lo desigual de este reparto (por muy justificada que esté o parezca estar).
Spotify: ¿cómo se reparte el dinero?
Más allá de las recientes polémicas con Neil Young y la retirada del catálogo de ciertos artistas, Spotify ostenta el liderazgo en lo que a plataformas de música en streaming se refiere, con un 31 % de cuota de mercado y un 23 % de cuota de suscripciones. A pesar de las grandes cifras del negocio del streaming, la dirección de Spotify insiste en que la compañía no es todo lo rentable que la gente piensa.
No obstante, y sin ánimo de entrar a valorar este modelo de negocio, a pesar de tan atractivo a priori para el usuario, encierra un reparto de los beneficios un tanto controvertido, ya que concretamente Spotify paga unos 0,003 dólares por reproducción, unas cuotas sensiblemente más bajas que las de 2014 (unos 0,00521 dólares). Esto significa que, en la actualidad, para que un artista ingrese 100 euros, su música habrá tenido que reproducirse más de 33 000 veces (frente a las 19 000 de hace ocho años).
Los royalties de Spotify salen de la recaudación neta de la plataforma, procedente de los anuncios y de las tarifas de las cuentas Premium. Spotify paga mensualmente a los artistas que tienen sus canciones en la plataforma, a razón del número total de reproducciones durante el mes, empezando por los titulares de los derechos de autor, siguiendo por el distribuidor y finalizando por el propio artista.
No obstante, Spotify paga más a los artistas si los usuarios que los escuchan tienen suscripciones Premium en lugar de gratuitas. Además, esta cuantía también depende del país en el que se haya suscrito el usuario.
Como has comprobado, el reparto del beneficio en música en streaming arroja unos datos muy desalentadores para los artistas que deseen monetizar sus canciones en plataformas como Spotify. La función del sello discográfico en el control de aspectos legales también incluye la negociación de la cantidad de dinero que estos se llevan por cada reproducción. En The Imagos ponemos en valor tu esfuerzo y tus creaciones marcando unos % de reparto justos y consensuados.
